Cómo se dirige una partida de rol es una cuestión que todas las personas que conocemos esta afición nos hemos preguntado alguna vez. Para quienes amamos este tipo de juegos, es algo que intentamos mejorar partida a partida (método Simeone) y que, efectivamente, se va consiguiendo poco a poco de manera paulatina.
El objetivo de esta serie de entradas no es hacer una guía completa o dictar unas directrices que te hagan aprender a dirigir una partida de rol de un día a otro. No hay trucos mágicos ni píldoras milagrosas. Porque los juegos de rol son juegos de sociedad, como dicen en Francia, y el éxito de te partida dependerá en gran medida de las personas con quienes juegues.
El objetivo de esta entrada es más bien proporcionarte algunos consejos que te ayuden a encaminar tus primeras partidas o que te hagan reflexionar sobre algunos aspectos de la dirección de una partida de rol.
¿Qué vas a dirigir?
Primero, antes de ponerte a dirigir a lo loco, para mí es muy importante la decisión sobre qué juego vas a dirigir. Una buena elección va a facilitarte mucho todo el proceso de dirección durante. Y hasta que empieces a explorar temas de mecánica y procesos lúdicos, como las dinámicas que se generan, mi consejo es que empieces por una ambientación que te guste a ti.
Si te apasiona a ti, vas a transmitir la pasión.
Y cuando se carece de técnica, la pasión lo es todo.
Pero hemos dicho que esto del rol es un acto social (a pesar de que se pongan de moda los juegos en solitario). Así que es muy importante que la ambientación también guste a las personas con quienes vas a jugar. Cuando personas novatas me han pedido una primera partida o por donde empezar, yo siempre hago la misma pregunta: ¿qué tipo de historia te gustaría vivir?
¿Te gusta Star Wars? ¿Harry Potter? ¿Dune? Seguro que encontramos un juego que te pueda gustar.
Así te aseguras de que el resto de la mesa también sentirá motivación por la propuesta.
¡¡LA PROPUESTA!!
Es esencial no forzar a las personas a jugar a nada que no apetezca (así en la vida, en general y por educación). Pues en una partida de rol es la diferencia entre sentir la historia y vivirla desde dentro, o mirarla de lejos con un cierto aire de indiferencia.
Durante años he sentido la tentación de contar mi historia. Era un master que me traía todo preparado de casa. Incluso, como en el antiguo juego de Star Wars, traía una o dos hojas escritas a modo de obra de teatro con las primeras frases de los PJ para la introducción.
Pero hay mucha gente quiere contar sus historia. No sólo ver la tuya. El equilibrio está en conseguir contar vuestras historias.
Primer consejo para preparar una sesión:
Uno de los primeros consejos que voy a darte en esta serie de entradas sobre cómo se dirige una partida de rol es dividir la partida en escenas. Antiguamente se jugaba todo seguido, como un chorro continuo que no paraba. Aprender a separar las escenas a mí me ha ayudado mucho; y a la diversión, en la mesa, también. Me ha hecho ser mejor director de juego.
Hablaremos de las escenas en las siguientes entradas. De momento quédate con que llevar algunas ideas pensadas sobre los conflictos es genial para que no te pille en blanco una escena, por si no tienes costumbre de improvisar. Pero no cierres la resolución de la escena para adaptarte y buscar nuevas tramas y hacer que la partida sea de toda la mesa. Puedes llevar alguna pincelada, busca conflictos… pero yo nunca llevaría de antemano cómo debe acabar la escena. Al menos, en el tipo de rol que me apasiona.
Vamos a dejar aquí el primer de los consejos. La idea es que vengan muchos más.
Seguiremos la semana que viene hablando de escenas y muchas más cosas.